VERÓNICA FORQUÉ
Verónica Forqué es, junto a Carmen Maura, la actriz española que poseé mayor número de premios Goya, un total de 4.
Hija del actor y director de cine José María Forqué, siendo adolescente ya empezó a trabajar en el cine en pequeños papeles en películas de su padre y obras de teatro (Mi querida señorita, en 1972 fue su primer papel en el cine y en 1975 en el teatro con Nuria Espert en la obra Divinas palabras) pero fue a principios de los años 80 cuando se consolidó como actriz de comedia gracias a ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, de Almodóvar y Sé infiel y no mires con quien, de Fernando Trueba. En 1986, consiguió su primer Goya como actriz por El año de las luces, también de Trueba.
Con Fernando Colomo rodó dos comedias de gran éxito Bajarse al moro y La vida alegre, con esta última ganó su primer Goya como actriz protagonista en 1987, el mismo año que ganó un segundo Goya como actriz de reparto por Moros y cristianos, de Luis García Berlanga. A principios de los noventa comenzó su colaboración con Manuel Gómez Pereira en las comedias Salsa rosa o ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, colaboración que se repitió en 2005 con Reinas.
En 1993 obtuvo un cuarto Goya por su papel protagonista en Kika, de Almodóvar. En los años noventa también rodó tres películas con su entonces marido, el director Manuel Iborra: Orquesta Club Virginia, en 1992; El tiempo de la felicidad, en 1997; Pepe Guindo y Clara y Elena en 1999 y, más tarde, La dama boba, en 2006: otros filmes: Ali, de 2012 de Paco R. Baños y Tenemos que hablar, de David Serrano.
Paralelamente, también ha tenido una intensa carrera en la televisión, apareciendo en series como Ramón y Cajal, Bajarse al moro, Platos rotos, Eva y Adán, agencia matrimonial, Pepa y Pepe, donde formó una famosa pareja televisiva con Tito Valverde; La vida de Rita, y La que se avecina.
También protagonizó en el teatro las obras Bajarse al moro, en 1995, Doña Rosita la soltera, en 2004, ¡Ay Carmela, en 2006, además de Shirley Valentine, en 2011, Los hijos de Vulcano, en 2016, y La respiración, en 2017, entre otras. También ha sido la directora escénica de dos obras: La tentación vive arriba, en 2000, y Adulterios, en 2008. Esta última basada en la obra de Woody Allen, un director con el que Verónica ha contado que le hubiera gustado trabajar.