MARTIRIO
La cantante que le quitó a la copla el estigma del franquismo recibirá este año el Premio Nacional de la Música y las Artes, en la categoría al ‘Duende 2018’. El galardón supone un reconocimiento a su itinerario tozudo por las carreteras nacionales de la música popular, en las que a lo largo de tres décadas ha adelantado a los utilitarios del bolero, el tango, el jazz, el blues, la ranchera, el rock y el flamenco.
Martirio, como los grandes artistas, burló la ortodoxia de los cantes y revolucionó palos tan cañís como la copla. Más allá de lo musical, un recreo en el mestizaje con savoir faire y sin complejos, reinventó su lenguaje, confirió protagonismo a la
cotidianidad, sublimó lo doméstico, enarboló la insumisión femenina y situó a las marujas —sus maris— en el epicentro de la coplería. Un fenómeno sísmico que hizo temblar los cánones establecidos y azuzó la tiesura de los puristas, inconscientes de la magnitud de una mujer transgresora capaz de crear algo nuevo e insólito con los mimbres de siempre. Que la hojarasca barroca de sus trajes, peinetas y gafas — donde hay toro de Osborne, aunque también Bauhaus— no les impida escuchar su arte.
La cantante coge el testigo del saxofonista JORGE PARDO, que recibió el mismo PREMIO POP EYE el pasado año.