TITO RAMÍREZ por THE KINK OF MAMBO
TITO RAMÍREZ. Su nombre podría pasar por el de una figura ignota de Puerto Rico, de esas que apenas sacaron un par de referencias en Seeco Records o la Fania, y cuyos escasos vinilos amarillean en tiendas de reciclaje y maletas de rastreadores al acecho. En parte, es a lo que juega Tito Ramírez. Un proyecto lanzado al vacío sin demasiadas pistas ni apuntes biográficos sobre su artífice, a pesar de la notable trayectoria artística del autor y sus secuaces.
Su primer álbum, “The Kink Of Mambo”, pervierte con clase y picardía ritmos caribeños como el mambo, el boogaloo o el chachachá, siempre aderezados con negritud del Delta. Una rareza deliciosa.
La irrupción anónima de Tito Ramírez generó un curioso efecto de ansiedad coleccionista: el single con “Be My Girl” (Sé mi chica) y “Lonely Man” (El solitario) se cotiza ahora entre 180 y 230 euros. En 2016, Discos Antifaz publicó ese primer single sin dar apenas información, diciendo tan solo que se trataba de las cintas perdidas de un tal Tito Ramírez. Eso proporcionó a la gente un lienzo en blanco para usar su imaginación y proyectar en ese single lo que cada uno quería que fuese. La gran mayoría pensó que eran las grabaciones perdidas de un puertorriqueño. Y que fueron grabadas en los años sesenta, en la época dorada del boogaloo. Prendió la fiebre y el single se agotó en tres días. El resto ya es historia. La canción está sonando en las pistas de baile de los clubes de soul y R&B de toda Europa. Sobre todo en Inglaterra, donde el tema es muy codiciado y pinchado por los dj’s de referencia de la escena.